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martes, 28 de enero de 2014

14 RESUMEN MARRUECOS (ALEGRÍA)

14 RESUMEN MARRUECOS (ALEGRÍA)


Grandes cambios en los últimos años, las carreteras y autopistas impecables con aéreas de descanso modernas, incluso con duchas y pequeñas  mezquitas en algunas gasolineras. El parque móvil ha cambiado mucho también; coches en buenas condiciones. Han desaparecido las bacas atiborradas de fardos y animales ahora sustituidos por autobuses modernos. Las comunicaciones,  son mucho más fáciles, es muy común el acceso a internet, tienen Wi-Fi en muchos cafés de cualquier ciudad pequeña, y “teleboutiques” para llamar por teléfono a cualquier lado de forma fácil y barata.  Cultivos a gran escala. 
Ha mejorado mucho la limpieza en las ciudades, no en el campo, donde todavía no han sabido o no han podido acabar con las basuras.


Han desaparecido por completo los pesados que te obligaban a tomar sus servicios como guías o que querían venderte cualquier cosa. Ahora pasear por los zocos es agradable y puedes permitirte el lujo de echar una mirada a algo sin que eso se convierta en una condena de por vida; pero para poder mantener una conversación fluida y agradable, es esencial venir de Europa con la liga de futbol bien aprendida ya que aquí cualquier camarero, policía o dependiente sabe más de la liga española que cualquier periodista deportivo de cualquier cadena de TV en Europa.
Lo que no ha desaparecido, a Dios gracias, son los puestecillos de pinchitos de carne o pescado a la brasa ni las casas de comida con tajine o couscous, ni los carrillos tirados por burros o caballos para transporte de personas o mercancías.


Bastantes controles policiales, sobre todo en el sur, los agentes bien uniformados  correctos y sin corrupción.
Los precios comparados con los de Europa siguen siendo muy baratos, pero aun así los sueldos son tan bajos que no alcanzan a proporcionar un buen nivel de vida a la población por lo que continúan emigrando a Europa.  La clase media ha aumentado pero hay una enorme cantidad de jóvenes desocupados y sin futuro. Por otro lado, no creo que la solución sea el boom de la construcción que se aprecia claramente sobre todo en el sur.
En las zonas costeras están apareciendo edificios como hongos, pero al menos se aprecian mejoras en el mantenimiento y urbanización de las ciudades.


Notamos muchos cambios en Sidi Ifni, pero parece que alguien ha perdido la cabeza ya que se han puesto a plantar miles y miles de palmeras en las entradas de todas las ciudades, cosa que estaría muy bien si cada palmera no fuera acompañada de una farola; son kilómetros y kilómetros llenos de estas extrañas  parejas.


Otro cambio en el paisaje son las miles de autocaravanas que se ven por todo el país. Todo europeo con un “mobilhome” parece tener cita en Marruecos para pasar el invierno y llegan a ser una peste. Lugares  maravillosos como la península de Dakhla (antigua Villa Cisneros) están atestados, tomados por estos vehículos, que si fueran pocos no molestarían pero cuando son tantos resultan odiosos.


Los cafetines continúan siendo un mundo estrictamente de uso masculino, los hombres, sobre todo los jóvenes, pasan sus días viendo futbol y tomándo té (que sale barato); mientras las mujeres parecen preferir un terreno más intelectual, se ve una gran cantidad de chicas universitarias. Esto va bastante unido a que Marruecos parece mantener una postura bastante moderada en cuanto a la religión. Sobre todo en las ciudades es fácil ver chicas vestidas a la occidental y sin cubrirse el pelo.
El Sáhara Occidental está muy vigilado; cantidad de controles policiales donde, entregando “la fiche” con nuestros datos, no nos hacían perder tiempo. Como es lógico hay mucho descontento, parece mentira la vergonzosa situación de los saharauis y por intereses políticos y económicos ni España ni Europa hacen nada al respecto; incluso los medios de comunicación se acallan la cantidad de muertos que ocasionan los disturbios en la zona. Son otra gente, otra raza y están sometidos. Marruecos, para no soltar esa zona, cada vez hace más inversiones, abarata la gasolina en un intento de colonizar el  Sahara con súbditos marroquíes.


Los saharauis han dejado de ser nómadas. Como resultado de la guerra empezaron a vivir en las ciudades. Las generaciones actuales han nacido y han crecido en ellas. Sólo quedan unos pocos nómadas. Aún así, todavía se pueden ver enormes rebaños de camellos y vistosas jaimas. Las mujeres mantienen sus atuendos con mucho colorido, bastante más atractivos que los marroquíes.

El desierto, aunque ahora atravesado por carreteras asfaltadas, sigue siendo esplendido, noches con cielos límpidos y abrumadores y brillantes amaneceres.




Un aguador en Marakech.


La vista desde nuestra ventana en Rabat.

En el campo aún puede verse cultivar como hace siglos.


Paisano de Rabat.
Rebaño de camellos en el Sahara

Otro gran placer de los viajes es hacer nuevos amigos, como Ronald y Gaby a quienes conocimos en Dakhla.


Gaby. 


En este caso Pepe había mantenido contacto con Jota por Internet y en Zagora nos conocimos y conocimos también a Hanna y a Miguel.
En otros casos gente anónima.






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