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miércoles, 9 de abril de 2014

33 RESUMEN NIGERIA (ALEGRÍA)

33 RESUMEN NIGERIA (ALEGRÍA)

Nigeria, la bestia negra, el país más temido de toda la ruta. Los primeros Kms cuesta creérselos; controles de todo tipo y modelo. Llegamos a contar hasta ocho organismos diferentes; eso si, conoces personajes de todo tipo, los interesados por el viaje, los amantes de los animales, los interesados por la política española, aparte por supuesto los del futbol, los concienzudos en su trabajo, el de la CIA Nigeriana que se cree "Saul Goodman" (de la serie "breaking bad"), el malencarado con la cara cubierta de cicatrices tribales, algunos armados hasta los dientes con Kalasnikof, otros de calle sin ningún tipo de distintivo. De vez en cuando, durante un Km, no hay controles ni baches y disfrutas como si estuvieras paseando por los jardines del edén.
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¡Pero qué poquito dura! Como si no tuviéramos suficiente con las paradas obligatorias, cada vez que atraviesas un pueblo te ves sobresaltado por llamadas o gritos de “pesados” para que pares.
Los controles suelen constar de un hierro torcido y oxidado lleno de pinchos, una caseta normalmente de barro y techo de paja o uralita y, por todo mobiliario, una mesa de madera y un banco, al lado una tienda de lona o plástico con camastros.

Acampamos junto a las oficinas de la fontera de Nigeria.
Tras la frontera, la primera ciudad importante, Abeokuta. Un auténtico caos de tráfico y calles donde parece haber caído una bomba. Polvo, ruido de bocinas, inmensas colas en las gasolineras, algunos edificios que nos recordaron a la Mombasa colonial y gente, mucha gente. Nigeria es el país más poblado de África y realmente se nota.
De vez en cuando tenemos un respiro con el tráfico y me permite hacer alguna foto de paisaje, el resto vamos tan pendientes de la carretera que lo del paisaje es en lo último que piensas.



Nos propusimos localizar algún sitio con internet y fue imposible. Los ciber cafés eran locales donde se podían ver arrinconadas algunas pantallas de ordenador y otros colocados de cualquier forma, todo cubierto de un dedo de polvo. Como hay cortes de luz, en esa ocasión llevaban más de una semana sin suministro, solo funcionan con generadores de diésel, los que se lo pueden permitir. El internet es inexistente y el wifi desconocido.
Aquí pasamos miedo, no por la fama de malos, de chorizos, de gente peligrosa, en resumen, que teníamos en la cabeza. Lo que realmente te tiene atemorizado, en tensión continúa, agarrado a la manilla lateral de la furgo atenazándola hasta paralizar la circulación sanguínea y con el culo todo el tiempo apretado, no es otra cosa que el tráfico. Es triste pensar que en cualquier momento puedes morir en un ambiente totalmente inhóspito en una carretera horrorosa llena de agujeros y rodeada de una panda de salvajes descerebrados que no tienen el más mínimo aprecio por la vida. Los africanos son tranquilos en general, pero con un volante en la mano y con barra libre a la hora de conducir (no hay ningún control de tráfico) son seres temibles.


Una visión habitual son los montones de camiones y coches despanzurrados, destrozados hasta el escalofrío que se ven en los laterales de la carretera. En las autopistas no cambia el peligro, es usual que vengan coches en sentido contrario. A veces te obligan a pasarte al carril de los que vienen de frente; también te encuentras gente cruzando, animales, motocarros y motos. Los conductores de los taxis colectivos van como salvajes, hacen maniobras espeluznantes y, para ambientarlo más, tocando el pito sin parar. Hay muchísimas gasolineras pero la gran mayoría abandonadas.
En resumen, el país más desastroso de todos los que hemos recorrido en África, pero nos pareció que la gente es mucho menos peligrosa de lo que esperábamos. Les encanta parecerlo, disfrazarse de malos y dar miedo con la apariencia, pero creo que es más fachada que realidad. Me ha gustado el carácter que tienen, son abiertos y directos te tratan de igual a igual; también mucho menos corruptos de lo esperado, les gusta la charla y en alguna ocasión hasta te dan su dirección, por supuesto a cambio de la tuya.
La noche que pasamos en Benin City, hice amistad con varias personas en el hotel. Conocí a un auténtico “malo“ con reloj de oro y gafas metálicas vestido impecablemente, que hacía negocios en Marbella. Tenía mucho interés en contactar conmigo en España, me dio su tarjeta y yo a cambio le di una dirección falsa de mail.  También dos chavalas muy modernitas que al ver los dibujos quisieron posar para mí, se dedicaban a la prostitución cosa bastante normal en el país.


Un magnífico recuerdo de Nigeria fue la estancia en el “Drill Ranch” y la compañía de Pieter.





Es un reducto de paz, una pequeña parcela de selva de montaña que con grandes esfuerzos y muchos problemas consiguen mantener para la conservación de mandriles y chimpancés.


Vista desde nuestra habitación en el "Drill Ranch"

Pasarela a 40 metros de altura por entre las copas de los árboles. "Drill Ranch"


Fue una experiencia terapéutica. La noche que pasamos allí rodeados de vegetación, de su aroma y de los sonidos de los animales fue inolvidable, también lo fue la noche anterior, en mitad del pueblo más cercano al rancho, rodeados por todos los curiosos que querían conocernos y por los niños más curiosos aún y hasta muy entrada la noche con el sonido de un transistor mal sintonizado pegado a la oreja.



Salir de Nigeria fue como soltar el aire que llevas manteniendo en los pulmones desde el momento en que entramos, pero ha sido toda una experiencia.






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