30 RESUMEN
BENIN (ALEGRÍA)
Lo primero
que salta a la vista al entrar en Benín es el trapicheo de gasolina o gasoil y
la vida que ello genera alrededor de la carretera. Multitud de puestos con botellas,
botellones y garrafas conteniendo combustible con diferentes tonos ambarinos. Por otro lado, las motos, especialmente acondicionadas para el transporte, que
llevan en ocasiones más de trescientos litros; y por último y lo más curioso de
todo este negocio es que los contrabandistas son todos poliomielíticos. Debido
a su enfermedad, tanto a un lado de la
frontera como al otro, se hace la vista gorda e incluso se les apoya para que
tengan una forma de subsistencia. El combustible lo compran en Nigeria, que es más barato, y lo
comercializan en Benín.
Costa
salpicada con palmerales inmensos de cocoteros de tronco fino y esbelto inclinados hacia donde les ordenen los vientos, con playas de arena fina salpicadas de canoas.
Es un país bastante preparado para el
turismo, lo que hace que abunden los tipos con pinta de malos, en moto y
con gafas de sol en las zonas turísticas, a la caza del guiri. El ambiente hace
que se nos dispare la alarma de “cuidadito”. La cercanía de Nigeria y la fama
general que tienen los nigerianos en toda África no ayuda a mejorar esa sensación de
inseguridad. Quizás en este país más que en ningún otro de los que hemos
visitado, se notan las raíces africanas.
Atravesar
Cotonou fue una auténtica proeza, las calles en obras obligaban a moverse por
barrizales inmensos con coche y camiones llegando desde cualquier lugar, un “sálvese
quién pueda”; todo esto unido a los tenderetes del mercado y a las mamás
vendiendo tomates, ajos o pimientos en enormes bandejas de paja, que en
ocasiones debían cambiar de posición so pena de que los coches se las llevaran
por delante. Por supuesto ni una señal de tráfico, ni nadie que ponga un poco
de orden en ese auténtico caos del que
crees que no saldrás sin llevarte por delante alguna de las cientos de motos
que intentan atravesar todo ese follón, o un quiosco de verduras. Los mototaxis
tampoco ayudan a hacer el tráfico un poco más humano, van como locos, eso sí: aquí
llevan identificación.
En la carretera, los camiones no se quitan del carril de
la izquierda ni aunque les maten y hay que adelantarlos siempre por la derecha,
a su vez las motos atacan desde todos los frentes, izquierda, derecha y a veces
da la sensación de que por encima porque aparecen sin saber de dónde han podido
salir, menos mal que las carreteras están en bastante buen estado.
En el campo, zonas
de huertas, venta de pescados (capitanes), ratas, mangos, papayas, plátanos, leña
y carbón. Todavía es fácil ver a las mujeres trabajando en sus huertas con el
pecho al aire, también continúan con la tradición de quemar sus tierras para
fertilizarlas.
Por supuesto la pesca sigue siendo unos de los principales recursos del país.
Ha sido el
primer país donde la corrupción nos ha dado realmente la lata, obligándonos a
cambiar de puesto fronterizo para no pagar, pero también es justo decir que en
el siguiente puesto nos dejaron dormir e
incluso nos facilitaron agua, siendo amables en extremo.
Salvo los “núcleos duros”, el resto del tiempo encontramos gente amable y divertida.
Lavando en el río. |
Atravesando el río. |
En la peluquería |
Abriendo cocos. |
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