Translate

martes, 11 de marzo de 2014

30 RESUMEN BENIN (ALEGRÍA)

30 RESUMEN BENIN (ALEGRÍA)


Lo primero que salta a la vista al entrar en Benín es el trapicheo de gasolina o gasoil y la vida que ello genera alrededor de la carretera. Multitud de puestos con botellas, botellones y garrafas conteniendo combustible con diferentes tonos ambarinos. Por otro lado, las motos, especialmente acondicionadas para el transporte, que llevan en ocasiones más de trescientos litros; y por último y lo más curioso de todo este negocio es que los contrabandistas son todos poliomielíticos. Debido a su enfermedad, tanto a un lado de la frontera como al otro, se hace la vista gorda e incluso se les apoya para que tengan una forma de subsistencia. El combustible lo compran en Nigeria, que es más barato, y lo comercializan en Benín.







Costa salpicada con palmerales inmensos de cocoteros de tronco fino y esbelto inclinados hacia donde les ordenen los vientos, con playas de arena fina salpicadas de canoas.




Es un país bastante preparado para el turismo, lo que hace que abunden los tipos con pinta de malos, en moto y con gafas de sol en las zonas turísticas, a la caza del guiri. El ambiente hace que se nos dispare la alarma de “cuidadito”. La cercanía de Nigeria y la fama general que tienen los nigerianos en toda África no ayuda a mejorar esa sensación de inseguridad. Quizás en este país más que en ningún otro de los que hemos visitado, se notan las raíces africanas.


El color de sus figuras con iconografía pagana, con personajes terroríficos, monstruos, dioses…


Tanto aquí como en sus países vecinos hemos observado otra peculiaridad, en este caso relacionada con la micción del sexo masculino. Hacen pis en cualquier lugar y con una desenvoltura que sorprende, en muchos caso se lee en los muros la prohibición de orinar en ese lugar y la multa correspondiente y debe ser por ello que todos lo siguen a rajatabla y en lugar de hacerlo allí se colocan en mitad de la acera sin cortarse. Sin embargo el beninoise es elegante, aquí cambia la moda y el pantalón que llevan es estrecho y la camisola larga con mucho color.



Atravesar Cotonou fue una auténtica proeza, las calles en obras obligaban a moverse por barrizales inmensos con coche y camiones llegando desde cualquier lugar, un “sálvese quién pueda”; todo esto unido a los tenderetes del mercado y a las mamás vendiendo tomates, ajos o pimientos en enormes bandejas de paja, que en ocasiones debían cambiar de posición so pena de que los coches se las llevaran por delante. Por supuesto ni una señal de tráfico, ni nadie que ponga un poco de orden en ese auténtico caos del que crees que no saldrás sin llevarte por delante alguna de las cientos de motos que intentan atravesar todo ese follón, o un quiosco de verduras. Los mototaxis tampoco ayudan a hacer el tráfico un poco más humano, van como locos, eso sí: aquí llevan identificación.


En la carretera, los camiones no se quitan del carril de la izquierda ni aunque les maten y hay que adelantarlos siempre por la derecha, a su vez las motos atacan desde todos los frentes, izquierda, derecha y a veces da la sensación de que por encima porque aparecen sin saber de dónde han podido salir, menos mal que las carreteras están en bastante buen estado.

En el campo, zonas de huertas, venta de pescados (capitanes), ratas, mangos, papayas, plátanos, leña y carbón. Todavía es fácil ver a las mujeres trabajando en sus huertas con el pecho al aire, también continúan con la tradición de quemar sus tierras para fertilizarlas.  
Por supuesto la pesca sigue siendo unos de los principales recursos del país.








Ha sido el primer país donde la corrupción nos ha dado realmente la lata, obligándonos a cambiar de puesto fronterizo para no pagar, pero también es justo decir que en el siguiente puesto nos dejaron dormir e incluso nos facilitaron agua, siendo amables en extremo.

Salvo los “núcleos duros”, el resto del tiempo encontramos gente amable y divertida. 

Lavando en el río.

En la pizzeria.

Atravesando el río.

En la peluquería

Abriendo cocos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario