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sábado, 12 de abril de 2014

38 DOLISIE-BRAZZAVILLE

38 DOLISIE-BRAZZAVILLE

En un foro de aventura africana habíamos leído que desde Dolisie a la capital ya era todo asfalto (unos 350km). Gran decepción, el asfalto empezaba en Kinkala, a unos 60 Km de Brazzaville. Así que circulamos por pista unos 100 km, casi hasta Madingou e hicimos acampada libre.
Última acampada libre con los alemanes.
Al día siguiente seguimos hasta Mindouli. Última noche juntos en un hotel. También estaba Charly, el  inglés de la moto. Tras una despedida emotiva con Jonas y Kai, que tiraban hacia el sur (Luozi), nos dispusimos a hacer la última etapa de este viaje. La noche entera había estado lloviendo, con lo cual, nuestros temores de encontrarnos la pista enfangada resultaron ciertos. Tuvimos un momento crítico en un punto donde había un par de trailers atascados en un barrizal, pero tras quedar libre la vía entramos nosotros y superamos el escollo sin contratiempos.
Nuestra escolta de Mindouli a Kinkala

Carne de la selva a la venta a la orilla de la carretera


Barrizal al sur de Congo, entre Mindouli y Kinkala
La conducción hasta Kinkala (60 km) fue un verdadero placer, circulando siempre por tierra mojada, a veces barrizales, pero sin quedarnos atascados en ninguno. Un gustazo llevar la furgoneta por estas vías, conducción entretenida, divertida y placentera.
Antes de llegar a Brazza nos quedamos sin cambio. Una de las rótulas de nylon de las palancas del cambio se rompió. Hicimos un apaño con una brida y pudimos continuar. También llegamos al final del viaje con una rueda pinchada; una pequeña pérdida de presión que nos permitió seguir viajando echando aire cada tres días. Primer pinchazo del viaje.
El sitio típico de overlanders en Brazza es el hotel “Hippocampe”. El dueño, antiguo viajero, deja acampar gratis pero ya no permite guardar vehículos durante mucho tiempo. Os recuerdo que nuestra intención es volar a Madrid desde aquí, dejando la furgoneta guardada hasta Octubre más o menos. Contábamos con dejarla en el "Hippocampe" pero ya no es posible. Disgusto. Buscamos otro lugar alternativo y lo encontramos en la misión católica, en la Catedral. Allí nos dejaron un garaje estupendo donde pudimos meter la furgo y la moto de Charly. ¡Además, gratis!


Fin de viaje en el Hippocampe, Brazzaville
Los últimos días los hemos dedicado a reparaciones y gestiones varias. Hemos arreglado el pinchazo, dos veces, porque resulta que han aparecido varios agujeros en el neumático, hemos lavado la furgo a fondo, no veas la cantidad de barro que ha salido, hemos lavado las fundas de los asientos, también todos nuestros ropajes. Hemos organizado las cosas que hay que llevarse a España, ropas, documentos, mapas, papeles, dineros,…. Hemos actualizado el blog, revisado los correos, etc.  No hemos parado. Hemos tanteado las gestiones y precios de pasar el coche al otro lado del río Congo (frontera con la RDC) y la cosa tiene una pinta complicada. Ya veremos lo que pasa en Octubre.
Peluqueria

A la entrada de Brazza
Reataurante/chatarrería. Brazzaville
Esta etapa del viaje ha acabado. Esperamos no haberos aburrido en exceso.  La próxima entrega será un resumen del Congo Brazzaville que está escribiendo Alegría y un vídeo. Gracias a todos por vuestro interés y apoyo.

Por cierto, nuestros amigos alemanes del Land Rover venden el Defender al llegar a Sudáfrica, dentro de un par de meses. Os pongo el link de su anuncio pero antes os confirmo que se trata de un buen coche. Por lo que hemos visto, lo han cuidado mucho. Siempre han circulado a nuestra velocidad (paso de tortuga) y el mantenimiento que han hecho ha sido simplemente perfecto (estilo alemán). Este es el enlace:

http://www.horizonsunlimited.com/hubb/4wd-for-sale-wanted/land-rover-defender-110-td5-75685#post461777


INCIDENCIAS MECÁNICAS
Una de las rótulas del varillaje del cambio se ha ido. Hemos podido apañar el asunto de forma provisional con una brida. Hay que traer repuesto de España.
Primer pinchazo del viaje llegando a Mindouli. Se desinfla muy poco a poco. Hemos reparado en Brazza y han aparecido dos fugas mínimas. A la vuelta de España habrá que cambiar los cuatro neumáticos porque, aparte del pinchazo, las gomas están bastante gastadas.

INFORMACION PARA OTROS VIAJEROS.

CARRETERA DOLISIE-BRAZZAVILLE. 
A día de hoy, sólo hay asfalto desde Kinkala hasta Brazzaville. Saliendo de Dolisie encuentras unos 4 Km pero después vuelves a la pista. En algunos tramos te dejan circular por las pistas que los chinos han hecho antes de poner el asfalto de la carretera que están construyendo, pero la mayoría del trayecto es por la pista vieja que en realidad no es mala. Nosotros hicimos Dolisie-Mindouli en dos días circulando con tranquilidad. De Mindouli a Kinkala es pista aceptable. Nosotros la encontramos con agua porque la noche anterior llovió a base de bien, pero no tuvimos problemas; en ese tramo nos impusieron un par de soldados de escolta (sin pagar un duro); al parecer hay bandidos todavía por la zona. De Kinkala a Brazza asfalto impecable.

PASAR DE CONGO A RDC. 
Hay dos rutas para pasar del Congo Brazza a RDC (Antiguo Zaire), una es de Brazzaville a Kinshasa y la otra es por Mindouli cruzando el río Congo mediante el ferry de Luozi. La primera opción es muy complicada y cara, la segunda es para todo-terrenos. En nuestro caso estamos prácticamente obligados a ir de Brazza a Kinshasa porque nuestra furgoneta no es 4x4 y además, cuando continuemos el viaje será plena temporada de lluvias, Octubre. Por eso nos hemos informado en el puerto acerca de las formalidades necesarias y de los precios. Esto es lo que nos han contado:
-Los vehículos hay que pasarlos en una barcaza que cuesta, para nuestra furgoneta de 2 toneladas, unos 400 dólares, a pagar en Kinshasa. Al de la empresa de grúas en Brazza, hay que pagarle 10 Dólares por no sé qué concepto.  La empresa se llama ONATRA
-Los coches hay que embarcarlos con grúa. Esta cuesta 73.813 CFA impuestos incluidos (113 Euros). Si no pides factura se podría quedar en 62.080 CFA (95 Euros)
-La grúa para descargar en Kinshasa dice que cuesta menos, como la mitad. Nos lo dijo el de la grúa de Brazza en plan aproximado.
-En teoría  no habría que pagar nada en Aduanas ni en Inmigración al salir de Brazza. Estuvimos en Aduanas y el jefe parecía bastante legal. Cuando llegue el momento ya veremos. En inmigración (Gendarmerie) no preguntamos.
-Tampoco preguntamos si se puede viajar en la barcaza.
Bien, ésta es la información oficial. Sin embargo, Olivier, el dueño del hotel Hippocampe, nos ha dicho que al final el precio es el doble de lo previsto porque una vez que el coche esta dentro de la barcaza eres reo de todos los que intervienen en el asunto, todos quieren dinero y al final, si quieres sacar el vehículo del barco, hay que pagar a unos y a otros.

HIPPOCAMPE. 
Como he mencionado arriba, ya no es posible dejar vehículos estacionados varios meses en el Hippocampe. Sí se puede en la catedral católica del Sacre Coeur, cerquita del Hippocampe. El cura, de momento, no cobra nada. Bueno, “la voluntad”; nosotros vamos a pagar (donativo) lo estándar en estos casos que es 1 Euro por día
Acampar en el Hippocampe con ducha y WC es gratis. Coord GPS      S 4º  16.392   E 15º  16.657 

ESTADÍSTICAS:

Kilómetros recorridos:           13.989
Litros de Gasoil consumidos:      971
Coste Gasoil en Euros:                824
Consumo Litros/100 Km:           6,94
Pinchazos:                                        1
Atascos en la arena:                         3
Atascos en el barro:                         1

37 RESUMEN GABÓN (ALEGRÍA)

37 RESUMEN GABÓN (ALEGRÍA)

Una vegetación muy espesa en toda la ruta. Se nota el cambio al entrar en Gabón procedente de Camerún, las casas ahora son de ladrillo y cemento, mejor pintadas. La carretera en buen estado con dibujo y señalización; han desaparecido los "bumps", hay cuadrillas de limpieza que mantienen limpios los arcenes, muy poco tráfico.


Viajamos con los alemanes Jonas y Kai. Hay una gran diferencia entre ir solos o bien acompañados, la ruta de Gabón ha sido una de las partes más gozosas del viaje y en gran parte fue por la compañía.




Las noches de acampada en la selva fueron mágicas. Cuando compartes con más gente las paradas para dormir, la incertidumbre o recelo que tienes al verte sólo en mitad del campo, desaparece. Los lugares fantásticos donde pernoctamos, las charlas junto al fuego, las cenas en compañía, las noches estrelladas, los sonidos de animales desconocidos, de los insectos, el olor a tierra, a vegetación en descomposición,…Placer intenso que sólo puedes encontrar en África

Topamos con gente simpática y no pedigüeña; los gaboneses tienen cuerpo redondito, son fuertes y no muy altos. Venta de animales selváticos a lo largo de la carretera donde siguen transportando sus productos a la espalda, como en Camerún y también, como allí, muchos nos hablan en español que han aprendido en la escuela. Poca gracia en el vestido y el peinado. Muy asequibles a la hora de relacionarse.


Laura, un guía local cuyo nombre no recuerdo, Kai, Anne y Eddy en el Park National Lopé Gabón.
Aprovechamos para visitar el Park National Lopé, interesante en cuanto a paisaje, con parte de sabana y parte selvática. Fue muy interesante pasear por la espesura con el guía Eddy contándonos curiosidades sobre árboles o plantas, sin embargo fue decepcionante la ausencia de animales: sólo pudimos ver un par de monos y algunos búfalos que, comparados con los “cafres” de otros países, parecen simples vacas. Pudimos comprobar que eran tan peligrosos como los toros de lidia, el jefe del poblado donde pasamos una noche, nos enseñó las terribles cicatrices como resultado del ataque de uno de estos animales.


Eddy y Kai




Notamos más nivel de vida tanto en las construcciones como en la gente pero nos sorprendió ver que en Lambarené, una de las ciudades más importantes del país, no había cajeros automáticos; internet era muy escaso y funcionando fatal. Sin embargo el país tiene un altísimo nivel de escolarización, las cifras en este sentido, referidas a las mujeres, son increíbles: el 92% saben leer y escribir, lo que les coloca en el estándar europeo.
Río Ogooué a su paso por Lambarené, Gabón.
Hay un tren que sale de la capital Libreville, atraviesa el Park National Lopé y llega hasta Franceville, más al interior. Me gusta viajar en tren y éste, seguro que es un buen recorrido.

Nuestro paso por Gabón ha sido puro disfrute, amaneceres morados y selva tropical.


Al fondo se ve el Land Rover de los alemanes.


Firmes al escuchar el himno nacional

Kai

Jonas

Eddy y su hijo en el Park National Lopé.



Kai

Laura y Anne

Pepito y Jonas observando la suspensión del Land Rover

viernes, 11 de abril de 2014

36 LAMBARENE-DOLISIE

36 LAMBARÉNÉ-DOLISIE


De Lambaréné fuimos primero a Mouila por una espléndida carretera construida por la empresa española Acciona. De allá seguimos, ya por pista, hasta Ndende continuando después un poco más al sur, justo en un sitio donde había unas casetas y chozas abandonadas. Decidimos acampar allí. El lugar tenía incluso un mástil con la bandera desteñida de Gabón. Tomamos posesión de esa población y le pusimos el nombre de Ciudad de la Luz.
Ciudad de la Luz, Propiedad nuestra.

Nombramos Alcalde a Kai, nosotros éramos concejales; nuestra gestión de la ciudad había sido tan desastrosa (demasiadas cervezas) que los ciudadanos se fueron todos y la ciudad quedó vacía. Hicimos fuego y disfrutamos de una velada magnífica. Kai nos hizo unas salchichas a la brasa que nos supieron a gloria.

Nada más entrar en el Congo nos encontramos con las carreteras del país en su expresión más auténtica, es decir, barrizales. Fueron unos 10 en los 15 primeros Km; nos quedamos atascados en uno del que nos sacó el Land Rover de los alemanes. Los otros los pasamos bien aunque con los nervios al rojo y los bajos rozando de vez en cuando. Momentos tensos pero inolvidables. África auténtica.
Atascados en el barro. Norte de Congo

Escolares de excursion.



Pista congolesa entre Nyanga y Kibangou



Estuvimos bastante tiempo buscando un lugar donde acampar pero no lo encontramos. A ambos lados de la carretera había una muralla de vegetación que impedía salir de la vía. Al final decidimos hacer noche en una aldea. Lo primero que hicimos fue hablar con el jefe del poblado y pedir permiso. Por supuesto que nos dió permiso, además nos invito a cenar, nos proporcionó ducha para todos y entretenimiento –conversación con él y con unos cuantos del lugar-. La experiencia fue extraordinaria. Nos lo pasamos de cine, nos contaron mil cosas de la vida en el pueblo, la agricultura, la caza, los problemas con los elefantes que venían por la zona arrasando las plantaciones de los lugareños sin obtener compensación del gobierno. Por la noche estuvo sonando la música hasta el amanecer, con tambores africanos incluidos. Por la mañana saludé a una paisana que pasó por allí. Le dije:
-Buenos días
-Buenos días
-Como va todo?
-Bien
-Por aquí todo bien también. Y la familia?
-No, la familia no va nada bien. ¡Acabamos de enterrar a mi abuela!
Tierra trágame, pensé, mientras pedía perdón. Metepatas profesional que es uno.
Los alemanes, que estaban atentos, se retorcían de risa contenida.
Con nuestros anfitriones en la aldea al norte de Congo.
Seguimos avanzando hacia el sur. Paramos un ratito en una zona de colinas verdes muy bonita cuando aparece Charly, el inglés, uno de los motoristas que conocimos en Kribi.
Con Charly. al norte de Kibangou, Congo

Estaba muy preocupado porque había perdido a su compañero de viaje, JC, sudafricano. Iba circulando en cabeza cuando se dió cuenta de que JC no le seguía. Dió media vuelta y condujo unos 20 km hasta el punto donde tenía certeza de que el otro le seguía. Volvió hacia el sur de nuevo preguntando a la gente si habían visto la otro moto pasar. Dos testigos le dijeron que sí, por lo que Charly tiró hasta Dolisie donde volvimos a coincidir. Fuimos todos al mismo hotel, los alemanes, Charly y nosotros. Allí pasamos dos días de tensión porque no sabíamos nada de JC. Un policía hizo una gestión telefónica y obtuvo la información de que el motorista perdido estaba averiado en una pequeña aldea. La mañana siguiente Charly salió otra vez hacia atrás, es decir, hacia el norte, en busca de su compañero. Resulta que no encontró ni rastro de él. Al parecer JC había tirado hacia el sur haciendo noche en Dolisie en otro hotel y continuando hacia Pointe Noire, en la costa. Nosotros todos tiramos en dirección contraria hacia Brazzaville. Después Charly recibiría un Email de JC quejándose de que le había abandonado. Hay mil aspectos de esta historia que son incomprensibles.
Lo más gracioso de este asunto fue nuestra llegada a Dolisie. Circulábamos los alemanes y nosotros cuando nos encontramos con Charly en la primera rotonda de entrada a la ciudad. Viene la policía a controlar nuestros papeles. Al  intentar seguir resulta que la moto del británico no arranca. Hacemos un puente con la batería de nuestra furgoneta pero sin éxito. Al final el propio policía se tira al suelo a arreglar el asunto. Era cómico ver al agente con las manos llenas de grasa currando muy motivado bajo la moto. En un momento dado conseguimos arrancarla pero cuando salimos todos, policías y viajeros, en busca de un hotel resulta que la moto del poli no arrancaba. Todos a empujar. Divertido. Pero lo más surrealista de todo fue la caravana presidencial que nos montaron los agentes, eran dos, para escoltarnos hasta el hotel. Uno de ellos iba delante con sirena y baliza, el otro detrás. La gente se quedaba pasmada. Ya en el hotel el poli se bebió unas cuantas cervezas para celebrar nuestra llegada. Muy divertido.

Avería estilo africano
Edificio de Dolisie, Congo.

35 RESUMEN CAMERÚN (ALEGRÍA)

35 RESUMEN CAMERÚN (ALEGRÍA)


Un cambio radical, a pesar de los 35 Kms que quedan de pista, nada más pasar la frontera, ahora se circula bien.


A simple vista se nota mucha más limpieza, los pueblos ordenados, casas de mayor tamaño de ladrillo y chapa. La carretera en buen estado, incluso con dibujo. El tráfico mucho menor y parece que conducen mejor.

El fatídico tramo Ekok-Mamfé, antes barrizal, ahora convirtiéndose en carretera alfaltada "made in china".
En principio el paisaje es muy selvático, parecido al de Nigeria; después cambia y vemos grandes llanuras que, poco a poco, se convierten en colinas verdes.
Campamento en el parking del Seme Beach Hotel, Limbe

Hasta Bamenda, un recorrido de puro placer, la carretera en perfecto estado, sin coches, camiones, animales, motos, personas…solos rodeados de paisaje verde brillante de palmeras y monte arbolado.




Aquí la leña, o cualquier otro producto, lo llevan a la espalda, en cestos poco tupidos y sujetos a los hombros, resulta curioso porque en casi toda África es la cabeza el soporte de mercancías.
Subimos a más de 1.200 m, se acabó el sudor pegajoso de los últimos días; ahora el aire es limpio, la carretera limpia y nosotros limpios; todo muy sedante después del estrés de Nigeria, esto es más efectivo que el Prozac.
Pasamos bastantes controles de policía, pero muy rápidos.
Bamenda es una ciudad importante que tiene de todo y mucha presencia católica, buenos hospitales y mucha vida comercial. Eso sí, unos socavones como estanques.
La tribu de esta zona es la "Pameleque".


Camarero del Seme Beach Hotel, Limbe: un amigo.

Elena, nuestra amiga monja, y sus compañeras, nos contaron que hay un sistema de limpieza y recogida de basuras curioso, todos los primeros lunes de cada mes se interrumpe toda actividad durante unas horas y los comerciante limpian su zona; más tarde pasan los del ayuntamiento a recoger la basura; para África es todo un logro y funciona bien. Otro intento para paliar el problema de los desperdicios es la prohibición de las bolsas de plástico, como han empezado a hacer en Ruanda, pero todavía nadie sabe cómo van a poder llevarlo a cabo.
Se sorprendieron mucho las “petites soeurs” cuando les comentamos lo bien que estaba Camerún en muchos aspectos comparándolo con Nigeria. La opinión general es que Nigeria es un país rico y la aspiración es llegar a ser como ellos. ¡No saben el horror al que aspiran!.
Posiblemente Camerún esté en mejores condiciones que otros muchos países africanos por la estabilidad política , Paul Biya lleva más de treinta años en el poder y durante estos años no han tenido guerra, pero parece que muchos temen el día en que falte el presidente ya que la nación puede estallar como un polvorín por problemas con Boko Haram y por el problema de tratarse de un país dividido entre francófonos y anglófonos.
Nuestra visita a las “hermanitas” nos resultó sorprendente. No conocíamos esta congregación ni a qué se dedicaba.

Las Petit Soeurs en Bafang, Camerún.
En resumen, podríamos decir que son mujeres, independientemente de sus ideas religiosas, distintas, aventureras, valientes e imaginativas. Su función es asentarse en lugares donde existe marginación y, sin hacer proselitismo, ayudar a aquellos que lo necesiten, con su amistad. Ellas eligen sus destinos y pueden vivir durante meses tanto con los pigmeos como con tribus nómadas del desierto…, a veces de forma clandestina, y están diseminadas por el mundo entero. Son pobres, se mueven siempre en transporte público y se buscan la vida para mantenerse, desplegando enorme imaginación, algunas tienen trabajo en el exterior y otras se dedican a confeccionar una gran variedad de productos algunos de medicina natural, bebidas de aloe, velas, miel, setas, bordados, reciclado de materiales, hacer reiki… pero lo que más me sorprendió fue la magnífica relación que tienen entre ellas, cómo se ayudan y se quieren, siempre con buen talante; las monjas que sufrí en Madrid durante 13 años de mi vida escolar, eran todo lo contrario, de ahí mi sorpresa. Las jóvenes suelen ser ruandesas, chavalas que han sufrido enormemente; ahora, en Camerún, se nota que son felices.
País de inmensos ríos, pistas tropicales de tierra roja, grandes macizos de bambú y muchos mosquitos en este inicio de la temporada de lluvia.

Leopoldo en el río Lobé
Río Lobé, Camerún.


Camping Tara Plage, Kribi, Camerún



Las playas tanto en Limbe como en Kribi, una maravilla; estupendas para tomar unos días de descanso. El tiempo cambiante nos permitió tanto el baño como disfrutar de tormentas salvajes con cielos increíbles.

Plataforma petrolífera en el horizonte. El petróleo es una gran fuente de divisas para Camerún.

Ha desaparecido la imagen que guardaba en mis recuerdos de las pequeñas cabañas de adobe y paja,  del colorido de las telas, ahora la mayoría de la gente viste a la occidental. La música y las risas también han decaído: en esta ocasión me han parecido mucho más serios; la pérdida de gracia, de alegría y sabor, creo que es directamente proporcional el acercamiento a la cultura occidental.