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sábado, 22 de marzo de 2014

32 IKOM-DOUALA

32 IKOM-DOUALA.
22-3-2014, Camerún.


Una vez pasada la frontera entramos en un tramo de carretera legendario para los viajeros de aventura que recorren África de Norte a Sur –o al revés- por carretera. Es el tramo EKOK-MAMFE. Ekok es la frontera con Nigeria, Mamfe está a 68 Kms en territorio de Camerún. Hasta ahora ha sido algo muy temido porque es una pista  mala, mala, mala. No es por la tole ondulé, ni por las piedras, es por el barro. En temporada de lluvias te puedes tirar una semana para hacer esos Km, o simplemente no puedes pasar. En temporada seca ya tiene sus complicaciones porque los agujeros que quedan en el camino después de haberse quedado atascados varios camiones en un paso concreto son tan profundos que un Land Rover entra y desde fuera no se le ve ni la baca. Hay mil anécdotas de expediciones que han pasado por aquí, todas ellas han consolidado la reputación de este trozo de carretera africana temido por muchos. Sin embargo la leyenda ya es cosa del pasado. Los chinos, que están haciendo cientos de carreteras por todo el continente africano, tienen casi acabada una nueva en este lugar. Todavía quedan 35 kms de pista, pero ya no dan miedo a nadie porque las máquinas que se usan para la construcción de la nueva vía se utilizan para repasar y mantener el trocito de pista que todavía queda. Nosotros pasamos por ahí sin ninguna dificultad y en su momento alcanzamos el asfalto que, por un lado anhelamos, pero por otro lado detestamos porque le quita al viaje uno de los alicientes/desafíos que nos motivan. En realidad esto último es palabrería barata. Yo estoy encantado con la nueva carretera porque ni me apetece quedarme atascado en el barro unos cuantos días, ni mi furgoneta es todo-terreno, con lo que evito las pistas siempre que puedo. Pero bueno, que lo sepan los overlanders: LA LEYENDA YA ES PASADO.
Con Elena y Bea en Bamenda, Camerún.
La primera población grande en nuestro camino era Bamenda. Allí teníamos el contacto de una tía de Ángel Ledesma: Elena. Ella y sus compañeras de congregación nos acogieron con cariño y generosidad. Llegamos tarde, cuando ya habían cenado. En un periquete nos prepararon una cena que nos supo a gloria porque apenas habíamos comido por no haber tenido la ocasión de cambiar dinero al entrar en Camerún. Al día siguiente Elena nos llevó por mil sitios de la ciudad y nos acompañó a comprar algunas cosas. De Bamenda nos fuimos a Bafang, población que estaba en nuestro itinerario y a la que Elena tenía que ir. Por tanto nos fuimos con ella y con 9 neumáticos viejos que había conseguido gratis para hacer un muro de contención en la misión de Bafang. Allí también tuvimos una acogida calurosa y generosa. Conocimos las mil actividades que hacen las "Petit Soeurs". Mucha agricultura, mucho reciclaje y mucho trabajo, todo para ayudar a los necesitados. Gracias a todas por todo.
Con los neumáticos de las monjitas
De allí nos fuimos a la playa, a Limbe, sitio popular entre los vecinos de Douala e incluso de Yaounde porque vienen aquí los fines de semana o de vacaciones. También vienen muchos expatriados. Estamos en la falda del monte Camerún, de 4100m de altura, el más alto de África del Oeste. Es un volcán, con lo cual la arena de la playa es negra. Hace calor, aunque por las noches se puede vivir por la brisa marina. Desde la playa se ve la isla de Bioko, Guinea Ecuatorial. Esta es una zona muy bonita, con vegetación selvática ecuatorial, todo exuberante. Un sueño.
Nuestro campamento en Seme, Limbe
Vista desde la playa de Limbe, Camerún
Ayer fuimos a Limbe ciudad y comimos pescado y gambas en un chiringuito junto a la playa. ¡Qué rico todo!
El último día visitamos el zoo, donde se pueden ver varios tipos de primates, incluidos gorilas. Lo lleva la misma asociación que gestiona el Drill Ranch en Nigeria, la directora es una mujer de Bilbao, Ainar, con la que tuvimos una agradable charla. Después fuimos al botánico, que es espectacular; en realidad no es más que la propia naturaleza del lugar, preservada, porque la vegetación aquí es exuberante: árboles inmensos de casi 40 metros, infinidad de tipos de palmeras, lianas, flores y todo tipo de plantas ecuatoriales. Como colofón nos marcamos otro almuerzo en los chiringuitos de la playa con la ilusión de tomarnos una clara africana, esto es: malta y Sprite. Cuando se lo pedimos al camarero no había ni una cosa ni la otra. ASG (Africa Siempre Gana). Eso sí, la barracuda a la brasa estaba de muerte.

Los refrescos aquí son de más de 600 cc
Llegamos a Douala sin excesivo esfuerzo. Buena carretera y ligeros embotellamientos al entrar. Nos instalamos en el "Foyer du Marin", hotel restaurant a donde acuden expatriados y locales con recursos. Nosotros en el parking, donde pasamos posiblemente la noche más calurosa del viaje. Ciudad bonita, tropical y soleada (en exceso). Hoy por la mañana hemos visitado el mercado de las flores, nada del otro mundo, y el centro artesanal donde Ale ha comprado algunas cosas. En el hotel hemos coincidido con Kay, Jonas (Land Rover) viajeros simpáticos que conocimos en Lomé y con Ian (Land Cruiser), todos alemanes. Ellos han tirado hoy para Kribi, nosotros lo haremos mañana.

martes, 11 de marzo de 2014

31 OUIDAH-IKOM

31 OUIDAH-IKOM

Tiramos hacia Nigeria por la carretera costera con la valerosa y desaconsejada intención de pasar por el puesto fronterizo que da paso a Lagos. Queríamos atravesar esta ciudad porque nuestros amigos de Accra nos habían dicho que tenía una parte antigua colonial muy bonita y que la leyenda de que se trataba de una ciudad insegura y violenta era una exageración. No lo pudimos comprobar porque en esa frontera no conseguimos pasar de la primera barrera. Nos topamos con un policía corrupto, pero muy corrupto. Nos pedía 20000 CFA (30€)  por hacer su trabajo, que era registrar nuestro coche en un libro. Le dimos un poco de coba a ver si se ablandaba, pero nada. Al final pensamos; si este es el primer escollo de esta frontera que tiene fama de corrupta, los demás nos pueden amargar el día o la semana. Tras soltar al gorila (gordito y con bigote) unos cuantos insultos que le entraron por una oreja y la salieron por la otra mientras se metía en el bolsillo el dinero que los locales le ponían en la mano, dimos media vuelta y tiramos hacia el norte a intentarlo de nuevo por otro paso fronterizo más tranquilo. Tuvimos que hacer 120 kms de más pero valió la pena. 
Benin, frontera con Nigeria. Contrabando de gasolina

Entramos en Nigeria por la frontera de Ketou/Ilara sin más incidentes; si acaso, creo que puede ser interesante comentar el caso de la CIA de Nigeria. Si si, habéis leído bien: la CIA. Una de las barreras que encontramos al entrar en Nigeria era del Departamento de Inteligencia. El oficial, que iba de paisano, nos lo explicó con mucho énfasis. Estaba preocupado por nuestra seguridad y nos pidió que, dada la hora que era, ya estaba oscureciendo, no siguiéramos, que hiciéramos noche en el puesto de inmigración, 4 Km atrás. Así lo hicimos no sin antes haberle dado toda clase de detalles acerca de nuestro plan de viaje, el hotel al que nos dirigíamos, nombre, domicilio, pasaporte, etc, etc, etc. No estuvo desacertado el hombre porque Inmigración tenía una explanada con césped muy agradable, con unos edificios aduaneros a la antigua usanza. El lugar era una frontera típica de los años 60, tranquila, con funcionarios agradables y atentos que nos trajeron hasta un bidón de agua para que pudiéramos ducharnos. Al día siguiente pasamos otra vez por el chiringuito del de la CIA y parecía más relajado. Seguro que habló con su jefe por teléfono y éste le dijo que no fuera tan estricto con las normas de protección de turistas. Suponemos que la ola de atentados y secuestros por los extremistas del norte del país tienen algo que ver con la paranoia del funcionario de la Inteligencia nigeriana.
Pasamos 13 controles en los primeros 20 km al entrar en el país. Una pasada. Después la cosa se relajó y ya se podía circular con cierta normalidad. Y digo cierta porque la conducción en este país es peligrosísima, especialmente por los camiones.
En uno de los controles de carretera nos paran los policías de la seguridad vial. Uno de ellos se agacha y examina minuciosamente nuestros neumáticos. Después de unos segundos se levanta con cara de satisfacción y me dice:
-Tiene usted las ruedas caducadas.
-¿Cómo? -Respondo yo con gesto de sorpresa.
-Que tiene usted los neumáticos caducados. Mire.
Me bajo de la furgoneta y veo un numerito minúsculo que el poli me señala en el neumático.
-Ahí pone 2004. Esa es la fecha de fabricación y los neumáticos caducan a los cuatro años.
-Pues no tenía ni idea.
-Debe usted saber que se está jugando la vida.
-Aaaaaaah
En ese momento pasa por el control de carreteras un camión inmenso con las ruedas bailando, a unos 120 kms/hora tocando la bocina a todo trapo. En el control había varios coches, policías, conductores de otros vehículos, vendedores de fruta y unos bidones que indicaban que eso era un control de carreteras y que había que reducir la velocidad. Los peatones se lanzan a la cuneta para evitar ser arrollados. Yo salto a la cabina de la furgo para protegerme, el camión pasa como una exhalación con la bocina a 1000 decibelios como diciendo "FUERA TODO EL MUNDO, QUE YO NO PARO". Los locales, policías y paisanos, ni pestañearon.
Con la adrenalina todavía circulando por mis venas le digo al agente:
-Y ese camión que ha pasado no le parece peligroso?
-Que dice?
El pájaro no entendía nada porque esa escena se repite cientos de veces cada día. Es lo normal en Nigeria. Eso sí, mis neumáticos caducados era la única preocupación del hombre.
Al final me dejó marchar sin multa y sin intento de soborno. Lo gracioso de todo es que casi todos los vehículos nigerianos tienen neumáticos caducados, desgastados, parcheados, algunos cosidos con cordón, etc, y el listillo tuvo que fijarse en el numerito minúsculo que figuraba en las ruedas del turista español. Paciencia. ASG (África Siempre Gana).
Cruzamos Nigeria relativamente rápido con paradas en Benin City, Calabar y Drill Ranch.
En Calabar teníamos que sacarnos la visa de Camerún. La llegada fue complicada porque se nos hizo de noche y las coordenadas del sitio de pernocta y del consulado de Camerún estaban mal. Al final fue un poli subido a nuestra furgo el que nos llevó hasta el consulado. En cuanto a pasar la noche, llegamos a un acuerdo económico con el guardián de un edificio con jardín de una asociación religiosa, para que nos dejara aparcar y dormir en un callejón colindante. La visa de Camerún fue un asunto fácil. Nos la dieron en media hora, con poco papeleo pero cara, unos 90 Euros.
Una de las cosas que sabía por internet es que muchos overlanders que pasaban por Nigeria visitaban el Drill Ranch y siempre quedaban contentos. Está situado en el sureste de Nigeria, cerca de la frontera con Camerún; se trata de un rancho cuya principal actividad es recoger a los mandriles huérfanos –la madre ha sido cazada por los locales-, cuidarlos, alimentarlos y devolverlos a la naturaleza. Se puede visitar; tiene sitio para acampar y también unas cabañas muy agradables. El lugar es precioso. Selva tropical densa, todo salvaje y natural. También tienen chimpancés. Los animales están encerrados en extensas parcelas cerradas con valla electrificada. La organización ha puesto unas pasarelas que van por las copas de los arboles de manera que se puede pasear a 20 m de altura por entre las ramas de los arbolazos inmensos que abundan por estas montañas. Toda una experiencia. Para llegar al rancho hay que recorrer 14 km de pista que en teoría son sólo para vehículos todoterreno. Nosotros, mas chulos que nadie, lo intentamos y casi llegamos. Como a 4 Km del final encontramos un  río seco con un bache tremendo que no pudimos pasar. Nos dimos la vuelta y acampamos en una aldea cercana. De allí fuimos al rancho en taxi/moto. Otra experiencia. 
Para llegar con la furgoneta hasta donde llegamos tuvimos que pasar por sitios muy complicados, grandes bajadas y subidas aderezadas con zanjas inmensas causadas por las lluvias. La furgo se portó muy bien y la primera marcha, pese al ruido, aguantó el envite.

Mandril macho
Nuestra cabaña en el Drill Ranch, sur de Nigeria
Como conclusión Nigeria nos ha parecido un país interesante. Esta muy poblado, la gente es expresiva, alegre y orgullosa. Hemos apreciado que los locales son directos, no se andan con rodeos y no son nada serviles, cosa que se agradece. Lo realmente llamativo es que siendo un país con mucho petróleo, tiene las gasolineras vacías. Se forman largas colas para conseguir carburante. Afortunadamente nosotros usábamos gasoil, y éste se conseguía sin excesiva dificultad. Por otro lado, con todo el dinero que se supone que genera el petróleo, el país en su conjunto es una calamidad. La electricidad se va cuando quiere e internet es prácticamente inexistente. Un auténtico desastre.



Gasolinera

INCIDENCIAS MECÁNICAS
En Ouidah, Benin, al arrancar por la mañana la caja de cambios empezó a hacer un ruido extraño al circular en primera. Funciona perfectamente, la marcha entraba bien y sin rascar. Tan solo es el ruido lo que nos tiene preocupados. Decidimos echar un vistazo por debajo del coche, para ello buscamos un foso en el pueblo. Allí comprobamos el nivel de valvulina, que era correcto. A simple vista todo estaba en orden. No podíamos hacer nada. Decidimos continuar, porque desmontar el cambio en un taller africano podría ser un sufrimiento tremendo. Si no hubiera otra opción, vale, pero de momento podemos circular intentando usar la primera lo mínimo posible.

INFORMACION PARA OTROS VIAJEROS
-Controles de carretera. Nigeria es un país con muchos controles de carretera. Te para la Policía normal, la Policía de carreteras, la CIA (Servicio de Inteligencia Estatal), el Ejército, Aduanas, Sanidad (vacunas), Inmigración, Protección de la Naturaleza y algún departamento más que ahora no recuerdo. Estos controles te pueden amargar el viaje si no tienes paciencia y tacto. En ninguno hubo amago de corrupción. Nosotros pasamos unos 50 , 13 en los primeros 20 km al entrar en el país, unos 8 al salir de Nigeria en dirección Camerún y el resto por el interior. En ninguno tuvimos que pagar nada. En cuatro de ellos nos pidieron algún regalo, dijimos NO con una sonrisa y nos dejaron pasar. Nuestra ruta fue: Ketou (Benin), Abeokuta, Benin city, Onitsha, Calabar, Ikom y Ekok (Frontera Camerún)
-Carreteras. Por regla general están bien. Las grandes ciudades están unidas por autopistas de dos carriles en cada dirección aunque te encuentras coches y camiones circulando en sentido contrario a cada rato. En algunos tramos hay asfalto roto, pero en general se avanza bastante. Otra cosa son las ciudades, que tienen atascos monumentales. El tráfico en Nigeria es muy peligroso. Los camiones van como locos, y todos, en general, conducen en plan kamikaze. Yo tenía ganas de salir de este país por el peligro evidente que veía en las carreteras.
-Drill Ranch. Precios: Creo que el camping costaba 1000 Nairas =4,5 Euros. La cabaña, simple pero impecable con mosquitera en todo el perímetro: 6.000 Nairas por persona= 25,5 Euros. Hay que llevar comida, bebida y linterna. Aparte se paga una pequeña tasa de 250 Nairas –poco mas de un Euro- por grupo por día para apoyo a las comunidades locales.
-Visa de Camerún en Calabar. El consulado cambia mucho de sede. Ahora (Marzo 2014) están en N 04.99629   E008.32381.
Piden: Dos formularios, tres fotos, fotocopia de pasaporte y comprueban el seguro del coche. Esperas un rato (unos 20 minutos en nuestro caso) y te dan la visa. Visado de 45 días con una entrada, cuesta 20.000 Nairas, unos 90 Euros. Si quieres visa para tres meses, múltiples entradas hay que pagar en Dólares: precio, 120$.
-Camping en Abuja: Ojo aquellos que piensen acampar en el Sheraton de Abuja. A otros overlanders que hemos conocido les han cobrado 50 € por una noche.
-Frontera con Camerún. Ningún problema. Sin corrupción y no demasiado lenta. Si llegas a Camerún sin visa, te hacen una de transito, aunque debes tener el visado de Gabón ya en el pasaporte. No preguntamos, pero suponemos que ese visado se podría ampliar en Yaounde.
-Carretera Ekok-Mamfe. Tan solo queda por asfaltar la primera parte. Exactamente 34,5Kms de pista empezando a contar desde la misma frontera. Los chinos están construyendo una nueva carretera y las maquinas se ocupan de mantener abierta la pista, por tanto, ningún problema. Los Toyota Corolla de los locales pasan ese tramo como balas.

30 RESUMEN BENIN (ALEGRÍA)

30 RESUMEN BENIN (ALEGRÍA)


Lo primero que salta a la vista al entrar en Benín es el trapicheo de gasolina o gasoil y la vida que ello genera alrededor de la carretera. Multitud de puestos con botellas, botellones y garrafas conteniendo combustible con diferentes tonos ambarinos. Por otro lado, las motos, especialmente acondicionadas para el transporte, que llevan en ocasiones más de trescientos litros; y por último y lo más curioso de todo este negocio es que los contrabandistas son todos poliomielíticos. Debido a su enfermedad, tanto a un lado de la frontera como al otro, se hace la vista gorda e incluso se les apoya para que tengan una forma de subsistencia. El combustible lo compran en Nigeria, que es más barato, y lo comercializan en Benín.







Costa salpicada con palmerales inmensos de cocoteros de tronco fino y esbelto inclinados hacia donde les ordenen los vientos, con playas de arena fina salpicadas de canoas.




Es un país bastante preparado para el turismo, lo que hace que abunden los tipos con pinta de malos, en moto y con gafas de sol en las zonas turísticas, a la caza del guiri. El ambiente hace que se nos dispare la alarma de “cuidadito”. La cercanía de Nigeria y la fama general que tienen los nigerianos en toda África no ayuda a mejorar esa sensación de inseguridad. Quizás en este país más que en ningún otro de los que hemos visitado, se notan las raíces africanas.


El color de sus figuras con iconografía pagana, con personajes terroríficos, monstruos, dioses…


Tanto aquí como en sus países vecinos hemos observado otra peculiaridad, en este caso relacionada con la micción del sexo masculino. Hacen pis en cualquier lugar y con una desenvoltura que sorprende, en muchos caso se lee en los muros la prohibición de orinar en ese lugar y la multa correspondiente y debe ser por ello que todos lo siguen a rajatabla y en lugar de hacerlo allí se colocan en mitad de la acera sin cortarse. Sin embargo el beninoise es elegante, aquí cambia la moda y el pantalón que llevan es estrecho y la camisola larga con mucho color.



Atravesar Cotonou fue una auténtica proeza, las calles en obras obligaban a moverse por barrizales inmensos con coche y camiones llegando desde cualquier lugar, un “sálvese quién pueda”; todo esto unido a los tenderetes del mercado y a las mamás vendiendo tomates, ajos o pimientos en enormes bandejas de paja, que en ocasiones debían cambiar de posición so pena de que los coches se las llevaran por delante. Por supuesto ni una señal de tráfico, ni nadie que ponga un poco de orden en ese auténtico caos del que crees que no saldrás sin llevarte por delante alguna de las cientos de motos que intentan atravesar todo ese follón, o un quiosco de verduras. Los mototaxis tampoco ayudan a hacer el tráfico un poco más humano, van como locos, eso sí: aquí llevan identificación.


En la carretera, los camiones no se quitan del carril de la izquierda ni aunque les maten y hay que adelantarlos siempre por la derecha, a su vez las motos atacan desde todos los frentes, izquierda, derecha y a veces da la sensación de que por encima porque aparecen sin saber de dónde han podido salir, menos mal que las carreteras están en bastante buen estado.

En el campo, zonas de huertas, venta de pescados (capitanes), ratas, mangos, papayas, plátanos, leña y carbón. Todavía es fácil ver a las mujeres trabajando en sus huertas con el pecho al aire, también continúan con la tradición de quemar sus tierras para fertilizarlas.  
Por supuesto la pesca sigue siendo unos de los principales recursos del país.








Ha sido el primer país donde la corrupción nos ha dado realmente la lata, obligándonos a cambiar de puesto fronterizo para no pagar, pero también es justo decir que en el siguiente puesto nos dejaron dormir e incluso nos facilitaron agua, siendo amables en extremo.

Salvo los “núcleos duros”, el resto del tiempo encontramos gente amable y divertida. 

Lavando en el río.

En la pizzeria.

Atravesando el río.

En la peluquería

Abriendo cocos.

29 RESUMEN TOGO (ALEGRÍA)

29 RESUMEN TOGO (ALEGRÍA)



Nada más entrar en el país se percibe un ambiente muy diferente, chiringuitos de playa que no había en Ghana, bares, palmeras; nos siguen acompañando grandes tormentas tropicales. Cielos grises y luminosos. 



Pasamos del tráfico odioso a, de nuevo, pocos coches y muchas motos; mucho más humano y llevadero. Croissants y baguettes vuelven a aparecer. Mucho pescado seco. 


Igual que en Ghana, la pesca es en grandes canoas que lanzan enormes  redes  muy pesadas; las playas están atravesadas por larguísimas filas, normalmente de hombres. A veces ayudan mujeres y niños que, entonando una canción, van tirando de una larga soga hasta sacar la red; son muchas horas de esfuerzo y da la sensación de que llevan siglos haciéndolo de la misma forma.



Aquí el asunto religioso parece que lo llevan de forma más tranquila que en el país vecino.
Lome es una ciudad agradable, de cara al mar, donde se puede pasear por la zona de o deambular por su inmenso mercado.
Aún conserva algunos edificios con mucho sabor de la época colonial, me parece un buen lugar donde vivir.




En "Chez Alice", lugar mítico donde se reúnen los viajeros, conocimos a Kay y Jonas, aparte de a otros viajeros.


Jonas y el canadiense que viajó con ellos durante unas semanas

En muchos países africanos el trabajo de costura lo hacen los hombres.

Vendedoras.

viernes, 7 de marzo de 2014

28 LOME-OUIDAH

28 LOME-OUIDAH
 
Chiringuito playero, Lome (Togo)
En Lome hace calor. No sé cuánto pero cerca de 40 grados. Después de trajinar bastante por la ciudad, de pelear por un visado en la embajada de Gabón, sudamos bastante, tenemos la ropa pegada. Es hora de buscarse un sitio para comer algo. Con la furgoneta circulamos despacito por la Marina, avenida paralela a la playa. Vemos un chiringuito con mesas, música y un cartel que pone "Restaurant". Arquitectura playera-africana. Decidimos probar. Nos ponemos en una mesa a la sombra de los cocoteros que adornan esta inmensa playa de arena amarilla. La brisa nos refresca y nos rescata del calor agobiante. Se acerca la camarera sonriente. Yo pido arroz con pollo frito, Ale unas brochetas de carne. Mientras esperamos la comida nos traen Sprite y cerveza, nos hacemos una "clara Africana" que consiste en cerveza mezclada con Sprite, porque por aquí no existe la gaseosa. Está fresquita, nos da una sensación placentera. Por los altavoces suena música Africana alegre. La brisa marina sigue alegrándonos la existencia. La comida llega. Pruebo el pollo, es crujiente, sabroso. Tiene el sabor de los pollos que comíamos cuando éramos pequeños. Esta especiado. El sabor es espectacular. Como guarnición me han puesto una salsa de tomate y cebolla que pica un poco. Lo mezclo con el arroz y cierro los ojos para disfrutar más del sabor suave de la cebolla mezclado con el picorcillo del tomate con pimiento. Impresionante. Las brochetas de Ale también son estupendas, bien fritas y churruscadas. Vienen acompañadas de unos polvos que son pimienta con otras especias: un placer. En la playa, junto al mar, hay muchas canoas de pescadores listas para salir a pescar. En el horizonte se ven multitud de barcos mercantes fondeados en espera de descargar sus mercancías en el puerto. Más cerca, en la arena, niños y jóvenes juegan al fútbol. En la terraza del restaurante hay varias mesas ocupadas por togoleses que charlan. Sus voces son un sonido suave que nos acompaña en este rato de disfrute. De cuando en cuando aparece un muchacho o muchacha vendiendo tabaco, galletas, gafas de sol, tarjetas para el móvil, … Vienen con educación ofreciendo su mercadería. Se les dice "no merci" y se van tranquilamente. Volvemos a pedir otra clara, fresquita, ligera, burbujeante; la brisa sigue ahí. Pedimos la cuenta y la camarera acude cantando, moviéndose al ritmo de la música. Nos vamos al camping.
Esto no es la felicidad, pero es una cosa tan parecida tan parecida, que solo un experto muy experto podría apreciar la diferencia.
Esta frase creo que es de Oscar Wilde. La pronunció cuando le preguntaron si el dinero daba la felicidad.
Sirva esta exposición pedantilla para expresar lo bien que hemos estado en Lomé. También hemos pasado momentos malos como cuando sacamos dinero del cajero y la máquina nos dio el recibo pero no los billetes.

Con Jazmine y Fabian

Con otros overlanders en CHEZ ALICE, Lome
La frontera Togo-Benin  se pasó sin problemas.  Nadie nos pidió regalo/soborno ni nadie nos entretuvo más de lo normal. Llegamos a Grand Popo que es una playa impresionante. La típica de arena blanca con cocoteros inclinados hacia el mar y sin gente. Eso sí, tenía pinta de peligrosa por las corrientes. No nos bañamos.
Pista en Benin
El plan era acampar en la playa de un sitio muy afamado llamado Ouidah. Este lugar es célebre por haber sido un punto de embarque de esclavos hace siglos. La peculiaridad es que cuando se abolió la esclavitud, muchos africanos volvieron de Brasil justo a este lugar, dando como resultado una población con casas de estilo colonial brasileño y muchas tradiciones que vinieron de aquel país. La verdad es que paseando por sus calles, uno podría pensar que se encuentra en un pueblecito brasilero. Acampamos en el jardín de un pequeño hostal playero. Un lugar muy agradable junto a la playa. 

 

Tirando de la red. Unas 4 horas de trabajo

jueves, 6 de marzo de 2014

27 RESUMEN GHANA (ALEGRÍA)

27 RESUMEN GHANA (ALEGRÍA)



Cambiar del francés al inglés me resulta siempre un lío y farfullo una mezcla imposible aunque, aún así, consigo hacerme entender. Hasta ahora el país con  más controles y corrupción; incluso intentan ponernos una multa por no llevar unas pegatinas reflectantes, al final conseguimos evitarlo. Nos piden con frecuencia el carnet de conducir y, la última "moda”: reñir por conducir con chanclas.
En el algunas zonas el terreno me recuerda al de Níger, paisaje de Sahel. Aunque se siguen viendo mangos, la vegetación es menos frondosa que en Burkina. Aparecen badenes a la entrada de cada pueblo, medida que ha debido salvar cientos de vidas. Muchos cerdos, de los de jamón, no de los otros; nos llama la atención porque no habíamos visto hasta ahora.
Playas tropicales con palmeras altísimas, cielos tormentosos y canoas de pescadores para dar aún más ambiente.






Empezamos a ver cantidad de árboles absolutamente desconocidos para nosotros, y otros no tanto. Tamarindos, enormes bambús, plataneras de varios tipos, aquí el plátano frito también se consume, y plantaciones de papayas y piñas según nos vamos acercando a la costa.
Aquí ya se acabó el buen pan que habíamos comido en Senegal y Burkina y es sustituido por los bloques de pan a la inglesa, pan de molde sin ninguna gracia. También empezamos a encontrar similitudes con otros países antiguas colonias británicas: las construcciones oficiales, el tipo de tejados, los colores de las pinturas e incluso la rotulación.
Probamos las comidas locales, el "fufu" y el "banku" (mandioca y maíz respectivamente) preparados como una plasta, te sirven raciones tamaño ladrillo; no es que este mal de sabor, pero a la tercera cucharada estas saturado, lo acompañan con algún trocito de pollo en salsa o de pescado, pero solo para disimular. También en la comida se nota la influencia anglosajona.
Nos llama la atención el parque móvil del cuerpo de bomberos, todos los camiones nuevecitos e impecables, por supuesto de alguna donación.
Las tienditas a lo largo de la carretera, mejor construidas y mayor tamaño. En ellas se ven grandes montañas de mandioca a la venta, enormes tubérculos marrones que son la base de la alimentación en el país, junto con el aceite de palma, de color rojo.



Todo el comercio, sea del tamaño que sea, está instalado a lo largo de la carretera: sofás mezclados con  chiringuitos de comida, con tazas de váter o ruedas de moto, columnas de cemento con todo lujo de formas y diseños, peluquerías o funerarias.



Las funerarias son uno de los negocios más prósperos de Ghana y sus países vecinos Togo y Benín. La muerte es un asunto que les interesa en extremo y tienen una afición enorme a todo lo relacionado con ella, forma parte esencial de su vida cotidiana y ocupa un lugar privilegiado dentro del tiempo de ocio del paisanaje.






Ya a la entrada de cualquier pueblo, por humilde que sea, ves unos carteles grandes, como si fueran publicitarios, con la foto de una persona y algunos datos sobre su vida: es el muerto o muertos recientes ya que en ocasiones son  varias vallas las expuestas. Los viernes los dedican a funerales, da igual el día en que hayan fallecido; esperan al viernes para el funeral; durante toda la noche cantan, tocan tambores, se acicalan, se forman grandes grupos vestidos con las mismas telas y el sábado, el entierro. Los ataúdes de aquí son famosos por su diseño, colorido y por la imaginación que despliegan: el de un sastre suele ser una inmensa máquina de coser; así puedes encontrar, barcos, zapatos, peces, cocodrilos… por desgracia se van modernizando y venden muchos del modelo clásico occidental.



Con los eventos de los muertos cubren muchas horas de sus fines de semana; por otro lado, las misas: pueden elegir entre un amplio abanico de posibilidades la que mejor se adapte a su gusto o necesidad,. Normalmente se descuelgan con unos servicios eternos, de alrededor de tres horas, donde cantan hasta desgañitarse, pero siempre muy bien afinados. Da gusto oírlos. Llama la atención la cantidad que hay. Ya no se ven apenas mezquitas, estas han sido sustituidas por una variedad enorme de religiones cristianas: adventistas, metodistas, apostólicos, presbiterianos, testigos de Jehová, los del faro, que tienen mucho público (Ligth House Church) y muchas pequeñas, de barrio con la foto del mangante de turno, estilo americano, pero con el toque africano, que tiene más gracia. 
Lo único que realmente tiene buena pinta son los Bancos y la Iglesias.
Hay que decir a su favor que hay cantidades de colegios y niños y niñas uniformados que reciben educación y que si solo dependieran de lo que el estado les proporciona andarían listos y en cuanto a hospitales lo mismo.




Esto es no solo en Ghana. En África negra en general, tanto en educación como en sanidad, las iglesias tienen un papel fundamental y funcionan en general muy bien. Con los años, algunas han aprendido a actuar olvidándose de hacer proselitismo y ocupándose de favorecer a las personas sin importar qué creencia confesen. Los enfermos mentales, los de sida, los síndromes de Down, mujeres abandonadas y enfermas, los marginados, pigmeos y otras tribus desfavorecidas, encuentran en ellas un apoyo que no recibirían de ninguna institución). Por supuesto hay muchas ONG's que trabajan en varios sectores, pero suelen tener problemas de permanencia; cuando acaban un proyecto la organización humanitaria se va, los locales vuelven a quedarse solos y de nuevo reaparecen los problemas. 

El tiempo de ocio disponible, después del que les ocupa la religión, lo utilizan en estar al día de todo evento futbolístico que se despache. En cualquier aldea minúscula dispones de Canal Plus y  pueden elegir entre más de setenta canales, sólo eligen los del fútbol, y se lo saben absolutamente todo.
No faltan enormes torres de antenas para telefonía en todos los pueblos y tampoco faltan todo tipo de iglesias. Según vas acercándote al sur empieza a haber más nivel, las carreteras en mejores condiciones, industria, coches y construcciones. También la fisonomía de la gente cambia, ahora son más bajitos y rechonchos, son de la tribu Ashanti.



Empezamos a ver a lo largo de la carretera venta de animales de caza salvajes, puercoespines, monos, cocodrilos, caracoles enormes y gran variedad de roedores desconocidos para nosotros.


Caracoles del tamaño de un puño

Ghana vive también de la pesca y hay un mercado interior fuerte en este sector.





Días tormentosos con cielos grises que se iluminan con el sol, que intenta hacerse un hueco, contrastando con el verde intenso y brillante de la exuberante vegetación. Enormes tráilers cargados con troncos inmensos que te encogen el alma.


Al llegar a Accra, la capital, los atascos son una peste, y hace calor, bastante calor al que aún no nos hemos habituado, como en otras capitales “desarrolladas” estos atascos sirven para que, cómodamente, sin moverte del asiento de tu coche, puedas comprar una completísima gama de productos. Es como la teletienda pero en lugar de ser desde el sofalito en casa delante de la tele, aquí puedes verlo a través de las ventanillas de tu automóvil y con los sonidos de fondo de bocinas y motores. Los productos son los mismos, aparatos gimnásticos para adelgazar, todo tipo de accesorios de coche, instrumentos musicales, objetos de escritorio, correas de perro, tarjetas telefónicas, instrumentos musicales y cosas menos sofisticadas como sandalias, relojes, CD’s, adaptadores de enchufes, sombreros, bastones, juegos de mesa y, por supuesto, todo tipo de chucherías para pasar el rato, plátanos fritos, frutos secos, huevos duros, buñuelos,  refrescos y bolsitas de agua fría.








Es una ciudad costera que vive totalmente de espaldas al mar y donde, si no te lo propones, no llegas siquiera a verlo.
En Ghana no hay terrenos dedicados a la huerta; toda la verdura viene de Togo o Burkina, lo que sí tienen es fruta tropical deliciosa, las piñas son buenísimas, igual que los mangos y papayas.
Escribo tanto sobre Ghana porque hemos pasado más tiempo aquí y tenido más tiempo para observar lo que nos rodea. Al charlar con los de aquí, ibas conociendo más peculiaridades del país. También aprendimos mucho de la vida local porque fuimos mimados y agasajados por Emma y Nacho, además de por sus amigos. Por cierto, nos sentimos como en casa.


Chris, viajero y nuevo amigo. Nos invitaró a su terreno en Keta.

Veronika, compañera de Chris.

Dibujando se hacen amigos que me piden posar para que les dibuje.

Uno de los trabajadores en el terreno de Chris y Veronika en Keta.
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Nuestra vieja amiga Enma que, junto con Nacho, nos hicieron  pasar unos días inolvidables.

El mercado de pescado de Elmina.

De nuevo el camarero del  Keta Beach Hotel

Nacho 

Mister Generation. Keta.

El guardian de Safari Lodge en Dixcove.

Nos ayudaron a sacar el coche de la arena en Keta.