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jueves, 27 de febrero de 2014

25 ACCRA

25 ACCRA

Un gran invento de la humanidad llamado GPS nos condujo hasta la nueva casa de Emma y Nacho. Dos amigos de Kenya que por razones de trabajo han trasladado su residencia de Lima a la capital de Ghana, Accra. Hacía muchos años que no nos veíamos y el encuentro fue muy caluroso, por lo afectivo y por la temperatura ambiente, que era tórrida.  Teníamos previsto pasar aquí dos o tres días, pero dada la hospitalidad generosa de la pareja, nos hemos quedado de gorra una semanita completa. Nos han enseñado la ciudad, nos han paseado, nos han invitado a cien restaurantes, nos han prestado ropa, internet,... Hay tres cosas que yo destacaría:
-Una es el Domingo fantástico que pasamos en la desembocadura del río Volta. Nos invitó David, un amigo de juventud de Nacho, al club de vela, que está localizado en las playas del delta del Volta. Allí navegamos en catamarán hasta la barra que separa el río del mar; comimos barracuda a la brasa y me dejaron hasta pilotar el velero yo solo con la ayuda de Alegría (no volcamos de milagro). Gracias David y familia: pasamos un día inolvidable.
Delta del río Volta

Domingo playero

-La segunda es el ordenador que Nacho nos consiguió por mediación del técnico de informática de su oficina. Por cuatro perras nos facilitó un Lap-top estupendo que nos va a posibilitar continuar con el blog de manera cómoda; todo lo cómodo que el internet de África permite.
-La tercera es el mecánico que me proporcionó Nacho para hacer una reparación en el coche. Es un paisano de aquí que repara coches de los trabajadores de la oficina de la Unión Europea. Me hizo un trabajo brillante, pero lo mejor es que me regateó al revés. Me explico: yo le pagué 30 Cedis (la moneda de Ghana) y como le pareció excesivo me devolvió 10. "ESTO NO ME HABÍA PASADO NUNCA!!!! Un tipo impecable este Bright, que así se llamaba.
Francamente, la ayuda que nos han proporcionado Emma y Nacho ha sido extraordinaria. Gracias a ambos.
Accra es una ciudad con un tráfico caótico, un área central en la que quedan pocos vestigios de la época colonial, una gente simpática y agradable y una vegetación tropical que la embellece. La estética de las calles, jardines, algunas casas, la rotulación de los negocios, calles y edificios oficiales es muy parecida a la de nuestra querida Nairobi. El tráfico tan pesado hace complicadas las gestiones. Para ir a correos, 5 Km, nos tiramos una hora para ir y otra para volver.
Como conclusión, Accra nos ha gustado y hemos pasado una semana aquí muy agradable, en compañía de Emma y Nacho.
El tráfico en Accra


INFORMACIÓN PARA OTROS VIAJEROS

Carreteras:
La carretera que viene de Burkina y baja paralela a la frontera de Costa de Marfil es pista en su primera parte, un tramo de unos 50 Km. Se trata de un camino de tierra con "tole ondulé" mala en algunas partes, pero en general se pasa bien. Se puede hacer una media de 40 Km/h. Después es todo asfalto hasta Kumasi. De allí a Accra suponemos que es asfalto bueno, pero no os lo podemos confirmar porque nosotros tiramos hacia Axim, en la costa occidental, y nos tragamos una buena kilometrada de asfalto roto. Quien quiera ir a esa zona que vaya de Kumasi a Cape Coast. Suponemos que será todo asfalto. La carretera de la costa es toda de asfalto bueno.

Visas:
Aprovechamos que teníamos tiempo para sacarnos las visas de Togo y Benin. NO ES NECESARIO porque las dan en la misma frontera, y creo que al mismo precio. Esto os lo confirmaremos en su día.
La embajada de Togo es de lo mas ineficaz que he visto en mi vida. Nos hicieron esperar horas, tanto al entregar los pasaportes como al recogerlos. La visa de un mes, la más barata, cuesta la friolera de 35.000 CFA, unos 50 Euros (sólo se puede pagar en francos CFA, el portero cambia dinero pero a una tasa de cambio mala). El impresentable del encargado de las visas te dice que vuelvas al cabo de dos días. Yo le lloré y me dio las visas al día siguiente. Coordenadas: N5º 34.579  W0º 10.724
En la embajada de Benin fue todo lo contrario: Un muchacho amable nos hizo las visas en unas horas. Entregamos los papeles a las 11:00AM y recogimos los pasaportes a las 14:00 PM. El precio, más que razonable: 20 Cedis, unos 6 Euros. Coordenadas, N5º 36.998  W0º 11.192

Incidencias mecánicas:
Hice una limpieza de filtros de aire en una gasolinera por una propina. Con el mecánico que me proporcionó Nacho soldé una placa metálica que protege el tubo de escape. Estaba suelta y hacía ruido con el motor al ralentí. Es la tercera vez que sueldo la puñetera chapa. Esperemos que esta vez no se vaya. Precio del trabajo: 6 Euros. A destacar que el soldador, para asegurar la masa de la soldadura eléctrica lo que hace es soldar el cable (en realidad es una chapa oxidada y asquerosa) al chasis. En el resto del mundo se apoya el cable en algún punto de la carrocería y listo. Al final le hice pintar el punto del chasis que me habia chamuscado al soldar la masa. ¡Que borrico!

miércoles, 26 de febrero de 2014

24 RESUMEN BURKINA FASO (ALEGRÍA)

24 RESUMEN BURKINA FASO (ALEGRÍA)

Encontramos pistas rojas en muy buen estado que te hacen disfrutar aún más del paisaje.


Grandes zonas de regadío con sistemas de riego automatizados como en Europa, plantaciones de caña de azúcar. Aquí también encontramos cacahuetes y chufas. Enormes árboles de mango, también de anacardos.







Paisajes suaves con lagos, ríos y  cascadas. Rebaños de cebús.



Las ciudades amplias y extendidas con muchos árboles y al igual que en Mali, muchas motos. La primera vez que pasamos por aquí, hace más de veinte años ya había miles de ciclomotores por todos lados. Ahora hay muchos más, como novedad ahora hay motocarro-taxi donde se meten un montón de personas. Otra sorpresa africana, esta vez muy grata fue encontrarnos con deliciosa horchata y con porras crujientes.
En el mercado de Bobo Diulaso hay de todo, es agradable porque lo protegen del sol con toldos, hay mucho comercio y mucho color, telas de muchos tipos y para todos los tipos de uso.


Venden cocinillas de gas y leña y también motos, muchas motos y a un precio muy accesible.

Da sensación de seguridad, no vemos mendigos ni pedigüeños.
Una curiosidad, en Bobo dirigían el tráfico voluntarios con chaquetilla morada y en cada cruce encontrabas tres o cuatro; al parecer pertenecen a una empresa privada en la que hacían prácticas.
Burkina vive del suero que le inyecta Europa, que aunque no sea mucho, le permite, al menos en apariencia, vivir con cierta decencia.
Disfrutamos de alguna acampada libre y como siempre pernoctar en el campo rodeados de un paisaje plácido nos resultó muy gustoso.





Los recuerdos que teníamos de Burkina eran de país tranquilo y placentero y no se alejan mucho de lo que hemos disfrutado los días que hemos pasado allí.
Descansando a las puertas de la mezquita.

Zapatero del mercado de Bobo que quiso que le fotografiara con su nieto.

Trabajaba en el Hotel de Bobo y se dejó fotografiar para después dibujarla.

La cocinera del hotel de Bobo, se acicaló para que pudiera hacerle una foto y después el dibujo.

Durmiendo la siesta  en la mezquita de Bobo.

jueves, 20 de febrero de 2014

23 BOBO-ACCRA

23 BOBO-ACCRA

Salimos de Bobo Diulasso más tarde de lo previsto porque dejamos para el final lo mejor, el Grand Marché y la mezquita. El primero era muy bueno, bonito, con ambiente, con colorido y con personal agradable. La segunda, impresionante. Pequeña pero matona, de arquitectura de adobe con palos atravesados al estilo de la famosa mezquita de Agadez. Tiramos hacia el Este dirección frontera de Ghana. Paramos a dormir en el campo en un terreno boscoso con vegetación típica del sahel. Pasó un paisano en moto que nos saludó con la mano y no tuvimos más visitas en toda la noche ni a la mañana siguiente.
Atacamos la frontera tempranito con cierto temor. Era Domingo por la mañana y los polis podrían estar borrachos o podrían empeñarse en cobrarnos de más por trabajar en fin de semana. No suceció ni lo uno ni lo otro. Pasamos por todas las ventanillas sin demasiada demora. Hicimos un cambio de dinero bastante penoso, menos mal que sólo cambiamos 100 $ USA para tirar los primeros días en Ghana. También nos cubrimos de gloria al llenar el depósito. Nos metimos en la primera gasolinera y resultó que pagamos el litro de gasoil al precio más caro. Nos enteramos después, al ver otras gasolineras con precios más ventajosos. "C'est pas grave" como dicen por aquí. Esa noche dormimos en la Guest House de los presbiterianos en Kumasi, creo que es la segunda ciudad del país, después de Accra, la capital.

Estos dos jóvenes nos guiaron por Kumasi.
Llegar a la costa fue algo más difícil de lo previsto. La carretera, que en el mapa figuraba como de asfalto resultó ser una tortura. Asfalto sí, pero roto, con unos boquetes que te dejabas las ruedas si no tenías cuidado. Tramos de pista, tramos de asfalto roto y algún tramo despistado de carretera recién hecha (una delicia). Para rematar la jornada, llegamos ya de noche al "Green Turtle" cuando estaba no sólo cerrado, sino abandonado. Este es un lugar paradisíaco junto a una playa de arena blanca con cocoteros; tiene bungalows, restaurante y camping. Allí paraban los camiones de overlanders y otros viajeros como nosotros. Era un sitio legendario regentado por una pareja de británicos. Yo tenía muchas ganas de pasar allí unos días pero no pudo ser. Nos fuimos al "Safari Lodge", otro establecimiento parecido situado a 1 km. Nos hicieron una oferta tentadora. Nosotros contra-ofertamos y al final nos instalamos en un bungalow por 9€/día. Pasamos allí dos días de relax muy buenos, con toda la playa  y el establecimiento para nosotros porque éramos los únicos huéspedes.
Playa de Dixcove

Durante el viaje a Accra nos han plantado una multa por exceso de velocidad. El poli me amenazó con llevarme al juzgado y pagar 500 Cedis (unos 150€) o pagar 100 allí mismo pero sin recibo. Tras el consiguiente regateo la cosa se quedó en 20 Cedis (6€). No deja de ser curioso e irritante que a mí, que conduzco despacio como una tortuga, que me adelantan hasta los ciclistas, que me pitan los de detrás por ir lento, me pongan una multa por exceso de velocidad. ¿Qué se le va a hacer? La verdad es que ví la señal que señalaba 50 Km/h y me despisté. Me cazaron a 62 Km/h.
Visitamos Elmina, pueblecito costero con un puerto de pescadores impresionante por la actividad que allí se desarrolla, por el colorido y el gentío. La intención era visitar un castillo de la época colonial donde se encerraba a los esclavos antes de embarcarlos con rumbo a América. Como costaba la friolera de 6€ la entrada decidimos verlo por fuera. Como compensación nos fuimos al puerto que resultó ser una visita agradable.

Puerto de Elmina, Ghana
INCIDENCIAS MECÁNICAS:
El cambio se había endurecido un poco. Deduje que el 3 en 1 que le aplicamos en Saint Louis (Senegal) ya se había evaporado. Me metí debajo, limpié como pude la articulación de la palanca y le puse grasa consistente. Todo volvió a la normalidad al instante.

22 RESUMEN MALI (ALEGRÍA)

22 RESUMEN MALI (ALEGRÍA)

Entramos en Mali con cierta reserva porque aunque en el sur parece que no hay conflicto, las cosas andan todavía muy revueltas. Pasamos la frontera rápidamente; tanto aduaneros como policías fueron muy amables. La carretera nueva, incluso con un semáforo y ¡¡¡FUNCIONANDO!!! en mitad del campo (sorpresa africana).
La gente enganchada al culebrón de turno.



Como en Senegal, gran fantasía en el peinado, la moda ha cambiado en cuanto a tejidos y colores, ahora utilizan otro material más brillante y que da sensación de ser sintético y de ser poco fresco, con colores lisos y menos chillones, una pena.


El país está tomado por motitos chinas todas del mismo modelo, las hay a miles. A raíz de esta invasión, es novedoso en los mercados africanos la venta de cubiertas de ruedas de moto, como vienen de china están envueltas en papeles brillantes de colores, también las botellas de gasolina de cristal o plástico que se venden por todos lados.



En Bamako utilizamos el taxi colectivo, son furgonetillas con bancos corridos y enfrentados donde a base de estrujarse consiguen meter a 20 personas todas sentadas, no se permite que nadie vaya de pie y lo cumplen a rajatabla. Además de ser una forma rápida y barata de desplazarse por la ciudad, es un buen sistema para conocer el carácter de la gente, y el resultado es que los malienses me gustan, me caen muy bien, son simpáticos, se ayudan, son generosos. Las mujeres utilizan mucho este medio de transporte; no es raro coger uno de estos minibuses ocupado casi al completo por mujeres y bebes o niños pequeños. Allí charlan entre ellas, ríen, compartes chucherías y se pelean con el cobrador, que, por cierto, estos tipos, los cobradores,  son unos máquinas a la hora de cobrar y saber a quién deben vuelta y cuánto.
Estudiantes musulmanas visitando el Centro Senoufu , museo de arte africano que hizo un cura de León que ya murio. Muy interesante.


En el “Grand Marché “de Bamako ya aparecen mercancías que no habíamos visto hasta ahora, sobre todo animales secos y apestosos que utilizan para brujería o medicina, pequeños cocodrilos, erizos, murciélagos, cabezas de avestruz, ratas y otros tipo de roedores desconocidos para nosotros, pieles , huesos…. 





La parte artesanal del mercado es vistosa pero bastante insoportable por los continuos ataques al extranjero, lo que hace que salgas expelido de allí a los escasamente cinco minutos de tu llegada. Aún así te da tiempo a ver que tienen trabajos de cuero, plata, cestería... Otro puesto curioso era uno que destacaba por su gran tamaño y que era exclusivamente de cabezas de pollo.
Bamako, es una ciudad viva y bulliciosa que prácticamente se paraliza a las horas del rezo.


No entender las arengas que sueltan los imanes por los altavoces produce cierta intranquilidad; nunca sabes si alguno de ellos en su ardor religioso puede alterar los ánimos de sus devotos feligreses criticando a las potencias extranjeras y sus malas costumbres. Menos mal que hasta ahora no nos ha pasado nada.




En el rio Níger vemos pescadores en sus piraguas. Trabajan de manera lenta y armoniosa, algo que contrasta mucho con el bullicio y el tráfico de la ciudad.
Comemos  raciones cuartelarias de arroz o sémola con salsa de cacahuetes y algún que otro trocillo de carne; es el plato nacional; cuesta 500 Francos CFAc (unos 80 céntimos de Euro).
Desaparecen en la ciudad los carrillos tirados por caballos o burros que habíamos visto contínuamente hasta ahora, pero todavía se pueden ver en las zonas rurales, donde también se ven rebaños de cebús, burros y cabras que, por cierto, aquí son diferentes a las españolas, son paticortas y rechonchas y recuerdan al asno de Shreck.



Seguimos con las basuras y recapacito sobre este asunto, pensando que el inventor de la bolsa de plástico debe estar removiéndose en su tumba (si es que ha muerto) con remordimientos por el daño irreparable que su invento ha ocasionado al planeta, solo comparable al de la bomba atómica. Cuanto más pequeñas son las aldeas más limpias están.
Para estar en un país en guerra no encontramos apenas controles policiales ni militares. En los pocos que encontramos (las barreras son bidones oxidados en mitad de la carretera) vemos que los agentes se están echando la siesta.
Quizás sea por inconsciencia pero en todo momento nos sentimos seguros y salimos del país con muy buen sabor de boca, con ganas de regresar y viajar por todo su territorio con tiempo, pudiendo disfrutar de su gran variedad de paisajes y conocer las distintas etnias que viven allí, pero tendremos que esperar a que las situación se estabilice.






martes, 11 de febrero de 2014

21 BAMAKO-BOBO

21 BAMAKO-BOBO

Nos despedimos de los polacos Chris y Verónica y de Jean el dueño del
camping, amable, generoso y servicial. Nos invitó a la celebración del
cumpleaños de la hija del guardián y otro día a pasteles y bebidas.
Gracias amigo.


Mecánico de motos
Llegamos a la zona cercana a la frontera de Burkina Faso, pero antes
fuimos a visitar la Gruta de Missikoro, una cueva dentro de una
montaña rocosa que sirve de mezquita. Antiguamente era un lugar de
culto animista donde se sacrificaban animales. Todavía hoy se hacen
sacrificios de ese tipo. Viene una familia con una gallina o un
cordero, lo sacrifican, lo asan y se lo comen en plan dominguero.
Después nos fuimos a ver las cascadas de Farako. Bonito lugar
consistente en una explanada de roca con el río al fondo y una cascada
de unos 4 m de alto. La pillamos en horas bajas pero en época de
lluvias debe ser más vistosa. Nos bañamos, lavamos la furgo y nos
refrescamos debidamente. Esa noche dormimos con edredón. Estuvimos
completamente solos desde la tarde cuando se fueron los cuatro
domingueros que había, hasta la mañana. Por la noche me levanté a
hacer una descarga de vejiga y vi la Cruz del Sur. No sé que tiene que
cuando la veo me impresiona; me resulta misteriosa.


Cascadas de Farako
Pasamos la frontera bastante bien. Sólo se nos puso pesada al comprar
el "Laisser Passer", la funcionaria de Aduanas con una cara de vaga
tremenda nos hizo esperar unos 20 minutos, aparentemente para nada. A
lo mejor tenía que hablar con el presidente del país para dejar pasar
a unos turistas, ¿Quién sabe?


Continuamos hacia Banfora, zona famosa de Burkina por unas cataratas y
un lago. Primero fuimos a la propia ciudad donde Alegría encontró una
tienda de cachivaches para collares, de artesanía y objetos para la
subasta de la fiesta de Mangola que se volvió loca. Además tenía
fetiches que usan los locales para brujería, como cabezas de avestruz
a medio pudrir, pieles de bichos, patas de otros animales, lagartos a
medio disecar,.... Yo no podía soportar el hedor y salí de allí
disparado. Cuando le comenté a Ale lo del olor, absorta como estaba
con sus compras, ni se había enterado. Al final, por suerte, no compró nada, era demasiado caro todo, yo me alegré porque ya me tiene la
furgoneta rellenita de compras (que yo quemaría al instante). 
El Lago Tengrela es precioso, situado en una vega suave con grandes
extensiones de cultivos de arroz o algo parecido y vegetación
abundante en la orilla (muchos árboles gigantes, muchos mangos)
ofrecía una vista maravillosa. Nos montamos en una piragua a remo y
nos llevaron a ver hipopótamos. Disfrutamos mucho porque era el
atardecer, con el sol ya bajo y la temperatura agradable. Montamos el
campamento allí mismo y dormimos estupendamente. Echamos de menos a
Brody, el prota de "Homeland" una serie que nos tenía enganchados,
porque amenizaba nuestras veladas. Eso se acabó con el ordenador
cascado. Ahora leemos libros. Ale el electrónico, yo el de papel, que
siempre he sido muy clásico.
Al día siguiente nos fuimos a las Cascadas de Karfigela, más
importantes que las de Farako, en Mali. Baño, colada en el río con los
pies en el agua, cenita, librito y a la cama. Planazo.
Bobo Diulaso era nuestra siguiente parada. Es la segunda ciudad de
Burkina Faso (antiguo Alto Volta para los mayores). Tenemos mucho
cariño a esta ciudad porque ya la visitamos en 1988 creo, en el viaje
con Paco Requeta e Inma en el Land Rover y en otro viaje con Jose Luis
Escolano y demás amigos en 1997 creo. Siempre tuvimos buenas
experiencias aquí. Además es una ciudad bonita, de calles repletas de
árboles grandes, millones de motos y gente agradable. Esta vez hemos
disfrutado en un restaurante porque tenían HORCHATA. Sí, sí, habéis leído bien: HORCHATA. Ya habíamos visto que vendían chufas en los
puestos de la calle, pero al ver a unos comensales en la mesa de al
lado bebiendo una especie de leche le preguntamos al camarero que qué
era aquella bebida y nos respondió HORCHATA, así como suena, como en
español. Nos apretamos una botella mediana el primer día y otra de
litro y medio el segundo y el tercero, porque estaba deliciosa; no tan
dulce como la española pero más intensa de sabor, posiblemente mas
concentrada.

20 RESUMEN SENEGAL (ALEGRÍA)

20 RESUMEN SENEGAL (ALEGRÍA)

La llegada al África Negra siempre nos produce una cierta sensación de euforia y sobre todo, mucha alegría. Viniendo del mundo árabe/islámico, el  cambio es radical. El color, las mujeres en la calle, la risa de las “mamas” y los niños, la cerveza de tamaño africano (600 cc) marca Gazelle o Flag frías, cacahuetes y anacardos muy bien tostados. Los puestos de fruta son diferentes. Ahora abundan las mandarinas, melones, cocos, mangos, sandías, papayas y todo tipo de verduras. En otros chiringuitos venden montañas de bisop, infusión hecha a base de pétalos de color rojo intenso que se se toma tanto fría como caliente.




Es un placer desayunar en la calle sentados en un banco de madera donde las mujeres preparan “café au lait y  pain beurré”. También te sirven bocadillos, algunos de ellos deliciosos; los hay de pequeños pedacitos de carne en salsa, de tortilla francesa con cebolla y tomate, aderezada con cubitos de caldo “Maggi”. Pero hay otros muchos puestos de comida callejera no menos tentadores. Allí puedes encontrar pescado a la brasa, pollo, maíz tostado, brochetas de carne…
A la hora de los cinco rezos diarios se paraliza la ciudad y las calles se llenan de devotos musulmanes orando en dirección a la Meca. También observamos grandes grupos de gente joven de ambos sexos con sus uniformes de vivos colores.
Como para regodearse aún más en la explosión colorista, en las carreteras exponen cerámicas, esteras y cestos de diversas formas.






Más color, color, mucho color y ya el colmo son los propios senegaleses, las telas con las que se visten en contraste con la piel, la estridencia de los estampados que solo ellos pueden vestir y que les favorecen enormemente.



La mujer senegalesa es elegante, guapa y sobre todo coqueta. Cuidan con esmero su atuendo que sigue siendo de estilo africano, los tocados son a veces escultóricos y cuando van con la cabeza descubierta los peinados y postizos que llevan son fantásticos; no obstante las peluquerías son negocios siempre florecientes y abundantes en los países del África negra. También se adornan con pendientes y otros aderezos que hacen destacar aún más sus atributos. Por desgracia toda esta beldad se ve empequeñecida por la cantidad de basura que rodea todo, incluido el parque nacional de la "Langue de la Barbarie".



Han desaparecido los camellos y el paisaje desértico y ahora son los cebús, baobabs, cocoteros, mangos y buganvillas lo que tenemos alrededor.
Las construcciones en las aldeas son de forma cuadrada, hechas de adobe y con techados de paja. 




La temperatura por estas fechas es ideal que incluso hace que no apetezca el baño.
Nos cruzamos con zonas amplias de humedales habitadas por muchas especies de aves que por supuesto no puedo identificar.
Los "taxis brousse", pequeños autobuses dedicados al transporte público en zonas rurales, van siempre abarrotados.



Comparándolo con Mauritania, Senegal tiene más nivel, buenas carreteras y bastante bien señalizadas.

Por si no lo tienen suficientemente complicado los senegalenes, los "bumps" son como en la foto.
Construyendo una zanja en paralelo a la carretera, durante muchísimos kms, con pala y pico. Centenares de trabajadores que de otra forma estarían sin trabajo.


Senegal tiene pésima fama entre los viajeros. La corrupción en las fronteras, la complicación del visado y las trabas que ponen para entrar con un coche hace que los viajeros que van con su propio vehículo pasen directamente de Mauritania a Mali sin tocar Senegal. A nosotros no nos ha resultado en absoluto complicado atravesarlo y no hemos pagado sobornos; bien es cierto que veníamos con el visado desde Madrid y con "Carnet de Passage en Douanes", especie de pasaporte de la furgoneta que te facilita el cruce de fronteras.



A Rubén ,Dunia y Tafa los conocimos en un "Eco Campement" cerca de Tambacounda, al este de Senegal.
Dunia, lleva años visitando la aldea , un lugar muy recomendable.


La vendedora de telas.

El dueño del mejor chiringuito de desayunos, con calidad y extremada limpieza. 

Lavando la ropa en el río